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La ventana vernácula: desdendiente directa de Lina Bo Bardi

Bosch.Capdeferro Arquitectura nos propuso crear un prototipo de ventana que consiguiera destacar la huella del tiempo como lo hacía Lina Bo Bardi 40 años atrás.

Con el desafío de honrar la huella de los tiempos pasados como lo hacía Lina Bo Bardi, el estudio Bosch.Capdeferro Arquitectura nos mostró esta increíble escena, que sería la base fundamental de su proyecto. Nos retaron a crear una ventana que fuera capaz de rendir homenaje al legado de Lina, el cual se reconoce por la preservación de la huella del tiempo, resaltándola sin alterar el hueco existente de la ventana.

 

 


 

 

Lina, la renombrada arquitecta italiana, encontró una forma de infundir humanidad en la arquitectura moderna de su época. Valoraba las imperfecciones y la riqueza de la cultura local, preocupándose por preservar el legado de las generaciones pasadas. Su filosofía arquitectónica se muestra en el Centro Cultural SESC de Pompéia, una rehabilitación de la antigua fábrica de tambores de Sao Paulo, Brasil. En él, las ventanas irregulares y los recorridos emblemáticos han transformado este espacio en un centro comunitario dinámico que alberga ocio, cultura y deporte.

 

 

 

 

La propuesta de los arquitectos nos gustó tanto que no dudamos ni un segundo para ponernos manos a la obra e ingeniar un prototipo que respetara la esencia y la personalidad del hueco de la ventana ya existente. Cada trazo, intersección y línea se estudió cuidadosamente para alcanzar el objetivo conjunto: lograr una ventana invisible desde el exterior, que enmarcara el hueco intacto desde el interior. Y con una modificación de nuestro sistema AX Ferro, lo conseguimos.

 

 



 

El primer paso consistió en atornillar los soportes inferiores de la ventana. Dos pletinas metálicas de diez milímetros de espesor, fijadas al muro, que sirvieron como puntos de soporte para nivelar y sujetar la parte inferior de la ventana.

 

 

 

 

En nuestro taller se construyó la estructura metálica, una chapa plegada de acero galvanizado de cuatro milímetros de espesor. Para facilitar la instalación, el marco de la ventana de fijó directamente a la estructura metálica antes de salir del taller. Una vez en la obra, primero se encajó con los soportes inferiores, hasta levantarla por completo y atornillar todo su perímetro al muro.

 

 

 

 

Con la estructura ya fijada, solamente quedaba ensamblar la hoja con el marco, con los cerramientos ocultos en la parte inferior y superior de la misma hoja.

 

 



 

Sin olvidar las prestaciones necesarias a cumplir, se diseñó una canal personalizada que evacuara el agua proveniente de los posibles restos de lluvia del exterior.

 

 

 

 

Esta innovación en el producto nos permitió preservar el carácter y la personalidad de la antigua masía, cumpliendo los objetivos y propósitos de los arquitectos.

 

 

 

 

En un mundo donde la industria lo abarca todo, es fundamental alejarse de la estandarización, al igual que lo hizo Lina en su época. Un enfoque visionario que equilibra la tradición con la tecnología actual marca la diferencia. Reivindicamos que la artesanía y el legado cultural pueden y deben coexistir con la tecnología más avanzada de nuestro tiempo. ¿No os parece poético poder contemplar la huella del pasado, abrazada por un elemento innovador y de última tecnología?